La displasia de cadera es una patología que se presenta con relativa frecuencia en perros, consiste es un desarrollo incorrecto de la articulación coxofemoral durante la fase de crecimiento del animal. Las razas de perros gigantes o grandes como el San Bernardo, el Pastor Alemán, el Labrador, el Golden Retriever y el Rottweiler, son las más propensas a padecer esta enfermedad ya que crecen de forma muy rápida ejerciendo sobre sus huesos todavía en crecimiento un elevado peso. También los perros de razas medianas o pequeñas, como el Bulldog Inglés, el Carlino y el Cocker Spaniel pueden padecer la displasia de cadera.

Cómo diagnosticar la displasia en perros

Su diagnóstico suele ser sencillo cuando ya se encuentra en una fase avanzada, pero no lo es tanto cuando se encuentra en una fase inicial, ya que los signos de este problema no son muy evidentes. Es muy importante el realizar un diagnóstico precoz, así como elegir el tratamiento más adecuado en cada caso, ya que de esta manera se lograrán unos mejores pronósticos.

Se considera que la displasia en perros es una enfermedad de tipo multifactorial, es decir, que para que se manifieste tienen que coincidir una serie de factores de los cuáles el principal es el genético, aunque puede verse afectado por otros como una alimentación inadecuada o un exceso de peso. Dado que se trata de una enfermedad hereditaria, se recomienda evitar cruzar a aquellos animales que la padezcan, para que de esta manera no se perpetúe.

La enfermedad comienza de manera lenta, apareciendo alteraciones que afectan a la estabilidad de la articulación de la cadera y a la orientación de los huesos que la componen, esta fase va acompañada con signos de dolor e inflamación. Si durante la primera fase no se trata la enfermedad, tendrá lugar la segunda fase de la misma, en la cual se empezará a producir una degeneración y destrucción progresiva de la articulación de la cadera.

Síntomas de la displasia de cadera

Los síntomas que podemos observar durante la primera fase son la dificultad para moverse del animal, subir escaleras o subir al coche y signos de dolor, incluso el perro no se deja tocar la cadera o se muestra agresivo cuando intentamos tocársela. Durante la segunda fase podremos observar una atrofia en la musculatura de las patas traseras, así como un andar típico, que consiste en dar pasos más cortos de lo normal, acompañados de pequeños saltos.

El diagnóstico lo realizará el veterinario, realizando una exploración general del animal junto con una palpación de la zona de la cadera y de las extremidades. Para confirmar el diagnóstico es necesario realizar radiografías que nos permitan ver directamente el estado de la articulación.

Tratamiento para perros con displasia de cadera

Existen tratamientos que permiten aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida del perro con displasia de cadera. Estos tratamientos pueden ser médicos (no quirúrgicos) o quirúrgicos. Para decidir qué tratamiento seguir, hay que considerar la edad del perro, su tamaño, estado de salud general y grado de daño en la cadera.

El tratamiento médico se aconseja generalmente para perros con displasias leves y para los que por diferentes motivos no pueden ser operados. Suele requerir la administración de medicamentos antiinflamatorios y analgésicos, administración de condroprotectores (que ayudan al mantenimiento y la formación de colágeno del cartílago, y por lo tanto su uso aporta beneficios a nivel de las articulaciones), restricción de ejercicios, control del peso y una dieta estricta. Los tratamientos médicos tienen la desventaja que deben seguirse durante toda la vida del perro y no solucionan los problemas de displasia. Sin embargo, en muchos casos son suficientes para que el perro goce de una buena calidad de vida.

El tratamiento quirúrgico está recomendado cuando el tratamiento médico no da resultado o cuando el daño a la articulación es muy elevado. Una de las ventajas del tratamiento quirúrgico es que una vez superado el cuidado post-operatorio no es necesario mantener un tratamiento estricto durante el resto de la vida del perro. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que la cirugía presenta sus propios riesgos y que algunos perros pueden presentar dolor después de la misma.

Cada animal es diferente en su respuesta al dolor, y el tratamiento deberá ser adaptado específicamente a cada perro, por lo que es importante consultar con el veterinario para ver que tratamiento es el más adecuado para los problemas de cadera de su mascota.

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Problemas y tratamiento de la displasia de cadera en perros
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Problemas y tratamiento de la displasia de cadera en perros
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Te contamos los síntomas y el tratamiento de la displasia de cadera en perros, enfermedad debida al desarrollo incorrecto de la articulación coxofemoral
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